miércoles, 21 de julio de 2010

El Señor de los Anillos (Análisis Simbólico de Javier Griffa)


EL SEÑOR DE LOS ANILLOS

La Comunidad del Anillo (2001), Las Dos Torres (2002), El Retorno del Rey (2003).



SINOPSIS
Frodo Bolsón (Elijah Wood) recibe el encargo de custodiar y arrojar el Anillo de Poder a la ardiente Grietas del Destino, en la Tierra de Mordor. Lo acompañan sus amigos Sam (Sean Astin), Merry (Dominic Monaghan), Pippin (Billy Boyd), Gimli (John Rhys-Davies), Légolas (Orlando Bloom), Aragorn (Viggo Mortensen), Gandalf (Ian McKellen) y Boromir (Sean Bean); pero lo seguirán las huestes de sus dos enemigos: Saruman (Christopher Lee) que desea el Anillo, y Sauron, el Señor Oscuro, quien intentará arrebatárselo para establecer su dominio ante todos los seres de la Tierra Media (no confundir con Edad Media) y llevarlos a las sombras.

ANÁLISIS SIMBOLÍCO POLÍTICO (Javier Griffa)
La Comunidad del Anillo se estrenó el 19/12/2001; Las Dos Torres, el 18/12/2002; y El Retorno del Rey el 17/12/2003. Duran 178, 179 y 200 minutos respectivamente. Se gastó entre 93 y 94 millones de dólares por cada una de ellas, valor que vale la pena gastar por un buen film.

La trilogía fílmica está basada en las novelas de J.R.R. Tolkien que llevan el mismo nombre; y de la última parte de su novela El Silmarillon, que el director, Peter Jackson, colocó sabiamente en la primera secuencia de La Comunidad del Anillo.

El Señor de los Anillos es más que una historia épica de personajes arquetipos (el punto débil, pues uno puede prever qué harán): monstruos horribles contra valientes y blancos muchachos quienes intentan destruir el poder el egoísmo y la ambición. Es más que una serie de sucesos con escenarios y efectos especiales computarizados impresionantes que dejan al espectador atónito, una fotografía excelente y una música que va nos integra al drama. Es más que una extensa película conmovedora de aventura y acción que se va poniendo más dinámica, como más violenta, cuya tensión sube a cada instante y que por suerte, hay escenas que relajan un poco. El Señor de los Anillos es, tanto desde la película como desde la novela, el discurso sobre el poder político maligno, un poder casi indestructible, omnipotente, que nos mira con su ojo diabólico, que persuade y hasta mata.

“Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos a las sombras”. El Anillo es el símbolo del Poder eterno, no hay principio ni fin, y aquel que se lo coloca se hace de una fuerza descomunal, inigualable, cual Dios, pero sólo obedecerá a su amo, Sauron, que lo forjó. A los demás, los llenará de codicia, los convertirá en súbditos del Poder: sombras, ni vivos ni muertos. Los elfos se harán orcos. Les hará sentirse poderoso por fuera, lleno de vida (el no envejecimiento de Bilbo y Sméagol), pero vacío por dentro, desnudos en la oscuridad. Toda autoconciencia queda reducida a mandatos superiores, que muy pocos pueden resistir. En la primera charla con el mago Gandalf, Bilbo Bolsón (Ian Holm), el tío de Frodo, dice que se siente delgado. En el Anillo está concentrada toda la maldad, todos los antivalores, toda la destrucción que se podría generar; él es uno con su dueño y señor. No se duerme, no se come, van posesionando al portador de a poco; hasta el Anillo es capaz de humillarlo, como sucede en Las Dos Torres con Gollum. El Anillo absorbe tanto el inconsciente de los que alguna vez lo tuvieron que ansían recuperarlo, tal es el caso de Bilbo Bolsón y de Sméagol (Andy Serkis), quien se convirtió en la criatura Gollum tras poseer el objeto de Poder, y finalmente el mismo Frodo.

Por otro lado, Saruman representa al industrial, a esa empresa que realiza operaciones anti-ecológicas (corta árboles) y antisociales (usan a las comunidades como leña para aumentar la producción y la tecnología como herramienta de crear un ser superior) con fines de guerra y poder.

Cada colectividad representa a un sector social. Los Elfos son de clase alta, viven holgadamente, cuando hay lío huyen despavoridos con la excusa de “aquí se acabó nuestro tiempo”, lo que no sucede con las demás clases sociales porque no tienen las herramientas necesarias. Su capacidad de sabios y de ver el futuro es una analogía con “el que tiene mucho dinero puede tener mucho conocimiento y prever algún acontecimiento”. Son los más calculadores. La inmortalidad élfica no es más que la representación de la posibilidad de esa clase en acceder a un buen sistema de salud. Frodo sobrevivió en La Comunidad del Anillo gracias a la medicina de este sector. Ellos mismos son los que descalifican a la raza de los Enanos, ahí nos da a entender que ellos representan la clase baja. El rey elfo Elrond (Hugo Weaving) afirma: “Los Enanos buscan tesoros en las montañas, no les interesa los problemas de los demás”. Es el común “los pobres no piensan” o inclusive “los pobres están tan ocupados en intentar sobrevivir que no se molestan en pensar en los demás”. Para poder obtener ingresos, muchos pobres tienden a trabajar en las minas, casi siempre poniendo en peligro su vida, por asfixia o por derrumbes. En Argentina, la Mina de los Cóndores, Provincia de San Luis, es el claro ejemplo de la pérdida de miles de vidas. Los Incas no dejaban ir a Potosí a gente de recursos elevados. No por nada en la película siempre hay una contraposición, una pelea entre elfos-enanos, que uno no termina de comprender. En la realidad, es la típica pelea clase alta/clase baja. Los Hombres y los Medianos (Hobbits) representan a dos partes de la clase Media. Los primeros es la imagen de esa fracción que son seducidos con facilidad y/o los que piensan en las salidas políticas rápidas a sus conflictos sin pensar en las consecuencias, son los más apasionados: Boromir y su hermano Faramir (David Wenham) se plantean “usemos el poder del Anillo para destruir al oponente” sin comprender, hasta último minuto, que no se puede destruir el mal con el mismo mal. Aragorn se exilia para no asumir la responsabilidad de convertirse en rey y ésto lleva a la debilidad de Gondor hasta que él aparece. El rey Théoden (Bernard Hill) dice que Gondor no los había ayudado en la batalla del Abismo de Helm, ¿por qué Rohan tenían que ayudarlos? Al principio, el egoísmo y el miedo no le dejaban ver claramente que su vida también dependía de las demás; la suerte de cada pueblo depende de la suerte de todos. Si uno caía, podían caer todos. Denethor (John Noble) decide suicidarse ante la desesperación de ver a su reino en el umbral de las tinieblas y la “muerte” de su descendencia, que no seguirá gobernando en los años venideros. Grima Lengua de Serpiente (Brad Dourif), se ve tentado a obedecer a Saruman para poder poseer a Éowyn (Miranda Otto), la sobrina del rey de Rohan. Los Medianos son más sencillos, no les interesa la política ni la guerra; son los aficionados a la calma (no es raro que Sauron no les haya dado ningún Anillo, pero a todas las otras especies sí); son a los que nadie cuenta para nada, pues viven, como los enanos, de sus trabajos y el mundo exterior les es indiferente, a menos que tengan espíritu de aventura; son los laburadores pero también los consumistas: comen casi todo el día. Son los que más resisten el poder del mal por sus corazones indiferentes al manejo del poder, pero como en toda sociedad, hay excepciones: Sméagol. Los Ents representan a ese pueblo que solo se mueve cuando son atacados, sino ¡la guerra es problema de otra gente!

El hilo conductor está dado más por la amistad, el amor, la lealtad y la fidelidad que sienten los protagonistas mutuamente que por los acontecimientos en sí mismos. Son estos tres valores los que impulsan a los personajes a encontrar el camino hacia sus objetivos. Sin esta fidelidad, Aragon, Gimli y Légolas no hubieran llegado a Rohan, persiguiendo a los Uruk-Hai que tenían atrapados a Merry y Pippin. La compasión influye mucho en el largometraje. Gandalf, representación de la sabiduría, los consejos (en una palabra, un profesor) tiene un claro sentido de el valor de la vida, el perdón y la piedad. Le dice a Frodo: “Fue lástima lo que frenó la mano a Bilbo. Muchos que viven merecen la muerte. Y algunos que mueren merecen la vida. ¿Tú puedes impartirla? No estés ansioso por repartir muerte y juicios. Ni los muy sabios pueden ver todos los finales. Mi corazón dice que Gollum debe desempeñar un papel, para bien o para mal, antes de que esto acabe. La compasión de Bilbo quizás gobierne la suerte de muchos.” Estas palabras hicieron que Frodo impidiera que Sam mate a Gollum; por el cariño que empezó a sentir por la criatura, hizo que éste volviera a ser Sméagol (cuando creyó que Frodo lo traicionó, se transformó de vuelta en Gollum). Gracias a la compasión de Bilbo, Gollum guió a los Hobbits a Mordor y atacó a Frodo, en el final, cuando él se había colocado el Anillo. Indirectamente, ese ser miserable, traicionero, salvó a la Tierra Media. La maldad se destruye a sí misma.

La esperanza es un tema recurrente en la película. Siempre la hay, dice Aragon. Nunca hubo muchas esperanzas, menciona Gandalf a Pippin. Ya no habrá camino de regreso, dice Sam a Frodo en Mordor. Esta esperanza es lo que da fuerza en la guerra, pero al mismo tiempo, la falta de ella hace crecer a los personajes. Ir a una muerte segura pero por algo valioso los hace resucitar de las tinieblas del miedo. La novela y la película tienen este lado de autoayuda que ni a Cohelo se le hubiera ocurrido. Gandalf, en Moria, le dice a Frodo: Todos los que viven momentos difíciles lo desean (que eso nunca les hubiera pasado), pero la decisión no es tuya. Sólo podemos decidir qué hacer con el tiempo que tenemos. Hay otras fuerzas actuando además de la maldad. Bilbo estuvo destinado a encontrar el Anillo, tú a tenerlo. Y ese pensamiento es alentador. Y Sam, en Las Dos Torres, le dice a su amo: Estamos aquí, como en los grandes cuentos. Los importantes estaban llenos de oscuridad y peligro. Y a veces uno no quería saber el final porque ¿cómo podía ser un final feliz después de tantas cosas malas? Al final, las sombras son sólo una cosa pasajera. Hasta la oscuridad debe terminar. Vendrá un nuevo día que el sol brille. Esos eran los cuentos que permanecían, que tenían significado, aunque uno era pequeño para entender por qué. Lo entiendo. La gente en esas historias tuvieron ocasión de marchar atrás y nunca lo hizo, tenían algo por lo cual aferrarse… A que el bien existe y tenemos que defenderlo.

Los protagonistas pelean por todos, el destino de uno era igual al del compañero, y ésto Tolkien lo sabía muy bien, ya que participó en la Primera Guerra Mundial, donde la única forma de sobrevivir era cuidándose las espaldas entre ellos. Así también, ninguno de ellos anhelaba poder o un cargo supremo. No. Aragorn rechaza este puesto pero los acontecimientos lo llevan a aceptar que su destino es, primero, ser guía en la batalla y luego rey de Gondor. Los personajes luchan por la paz de la Tierra Media, y dentro de ella, cada personaje por su patria: La Comarca, Gondor, Rohan.

Los personajes secundarios cumplen –para bien o para mal– un rol vital en la película. Y mientras avanza el climax, sus apariciones son cada vez más importantes. La derrota final de Sauron no es obra del protagonista, Frodo Bolsón, sino de todos los que conforman la historia: si los restantes de la Comunidad del Anillo, los caballeros de Rohan y los elfos no se hubieran unido en el Abismo de Helm, habrían perdido la batalla; si los Ents y los Hobbits, mientras tanto, no hubieran atacado Isengard, Saruman no habría perdido su poder; si Rohan, los espíritus y Gondor no se hubieran unido, la Ciudad Blanca hubiera caídos; si Merry no atacaba al rey Nazgul, Éowyn no habría podido vencerlo; gracias a Pippin, los Ents vieron la destrucción de su raza y atacaron a Sauron, y también gracias a él Rohan acudió a Gondor; si la Comunidad, Rohan y Gondor no se hubieran unido ante la Puerta Negra para distraer a Sauron y que quede a Frodo y a Sam el paso libre hacia la Montaña, ellos y Gollum nunca hubieran llegado a la Grieta, y Gollum no hubiera podido luchar contra Frodo por el Anillo; y por ende, no hubiera el Anillo desaparecido y Sauron fallecido.

Sam va adquiriendo personalidad durante todo el relato; sin dejar de ser sensible, comienza lentamente a entender el peso de su amo, Frodo, y hasta llega a ser en varias partes más importante que él. Sam ve lo que Frodo no; Sam lucha contra quien Frodo no puede; Sam es el que tiene las agallas, el que hace entrar en razón a su señor. De un sirviente, pasa a ser su amigo. Sam es la valentía, el coraje. Es quien convence a Frodo en seguir el camino a Mordor. Sin Sam, Frodo no hubiera podido lograr su objetivo.

Las mujeres son importantes: La princesa Arwen (Liv Tyler) representa el amor verdadero, no es la pasión de una noche; no es un objeto sexual. Ella es la razón por la que Aragorn tiene fuerza de enfrentar las fuerzas del mal, aunque él crea que ya no la verá. Ella es la que ve vida en medio de tanta muerte. Ella es el símbolo máximo de la esperanza porque ella es el amor mismo, ese amor que alumbra la sombras, ese amor que lleva a cometer locuras normativas con tal de ser felices. Es ese amor que le importa la persona por quién es en realidad, con lo positivo y lo negativo. Galadriel (Cate Blanchett) representa la voz divina (pese a que nunca se nombra a Dios), la voz guía; la voz del destino prefijado: sin ella, Frodo no hubiera comprendido que si él no arrojaba el Anillo a la Grieta, nadie lo haría. Una fuerza superior le encomendó esa misión difícil y era su responsabilidad. La divinidad se ve en que ella supera la tentación de tomar el Anillo, como un especie de Jesús (a no olvidarse que Tolkien era cristiano) en el desierto. ¿Qué quiso decir con “El Portador del Anillo siempre está solo”? Éowyn es, durante la guerra por el Anillo, la más importante de todas las mujeres. La muerte del Rey Nazgul a manos de una chica se interpreta como la valorización de la mujer como integrante de la sociedad, con las mismas atribuciones que siempre se les dio y se les da culturalmente a los hombres; allí se coloca en igualdad los sexos. NADIE ES SUPERIOR A NADIE, nos dice Tolkien y Peter Jackson.

El AMOR, LA ESPERANZA, LA LEALTAD, LA AMISTAD, LA COMPASIÓN Y LA UNIÓN DE LOS PUEBLOS EN RELACIÓN DE IGUALDAD, sin sometimientos, es lo que buscaba Tolkien PARA CONTRARRESTAR EL MAL Y TRAER LA PAZ. Y LA ÚNICA FORMA DE CONSEGUIRLO ES ALCANZANDO EL PODER PERO PARA SERVIR, NO PARA SOMETER. Peter Jackson lo retrató perfectamente.






Valoración: 9









Fuente de Imagen: www.taringa.net

6 comentarios:

  1. no me interesa la critica, no hay nada que decir una de las mejores pelis, nada mas.

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  2. Hola! En realidad este análisis de J. Griffa no es una crítica sino más bien una traspolación simbólica con tinte político actual. Es decir, usó la saga para hacer un paralelismo con la realidad actual según su óptica (Aunque el Director de "El señor de los Anillos" haya realizado las películas con otros fines).
    Muchas Gracias por tu comentario!

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  3. Es como dice Juliana, solo hice un analisis de los simbolismos.
    Es verdad que es una de las mejores pelis que se hicieron, pero Tolkien no tenía la intención marketinera del director; él iba por más. Yo tengo la teoría de que si una buena obra, con una trama que va arriesgándose cada vez que avanza la historia, con efectos especiales increibles y millones gastados, no están acompañados de una expresión de la realidad contemporánea y/o no te dejan una enseñanza, es un film vacío.
    El señor de los Anillos es una peli atemporal, a pesar de que superficialmente los personajes sean ficticios e inclusive fantasiosos.
    Igualmente le agradezco su comentario.

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  4. Me gustó el análisis. Me encantan las peliculas que hay que interpretar, que tienen mensajes. Esta en particular nunca me enganchó, pero ahora la entiendo mejor y eso está bueno.
    Saludos !

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  5. Muchas gracias Georgina por tu comentario.
    Saludos!

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  6. Muy interesante tu análisis, a mí me gustan mucho estas películas y creo que tienen una forma de presentar a los personajes muy compleja, yo vi en hbogo la de Las Dos Torres y es la que más me gusta porque creo que ahí de verdad conoces la fortaleza y debilidades de cada uno.

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