miércoles, 7 de septiembre de 2011

Super 8

SUPER 8


SINOPSIS
El año es 1979, Joel tiene 13 años y está filmando una película de zombies con sus amigos para participar de un concurso de películas en súper 8 (hermoso homenaje a George A. Romero). En una escena sobre la estación, un tren con cargamento militar extraterrestre descarrila provocando un accidente. Mientras intentan seguir filmando, día a día, cosas extrañas comienzan a pasar en el pueblo que se ha infestado de militares. Justo cuando Joe se está enamorando de Alice, ella es raptada por una extraña criatura y debe salir a buscarla.

CRÍTICA
La ciencia ficción en el cine siempre ha sido vehículo de fantasía y de destreza del artista por hacer realidad un hecho extraordinario. Desde Meliés y Segundo de Chomón que el cine experimenta cada vez más sus límites y la posibilidad de crear un verosímil tal que haga olvidar al espectador el dispositivo cinematográfico. La explicación de Christopher Nolan en El gran truco sobre la magia es completamente aplicable al cine: uno sabe que es engañado, que es un truco, que hay algo que no está viendo y que explica esa mentira; pero, por un momento, uno busca ser engañado y disfruta del engaño. Más aún en la niñez donde la realidad y el truco se confunden, dando más alegría que la de un adulto que reconoce la realidad.
Por eso la adolescencia de los personajes permite una edad donde ya se conoce el truco, donde el niño se está perdiendo y no hay lugar para hechos extraordinarios como los que van a vivir. El director, J. J. Abrams, nos muestra constantemente con los protagonistas los trucos del cine, la manera de filmar para que la farsa por momentos sea verdad. Si bien la marca de Spielberg puede sentirse en todos lados (grupo de chicos “goonies”, bicicletas y militares que remiten a ET, padre ausente, luces brillantes de Encuentros cercanos…), Abrams se las ingenia para hacer un producto propio pero de un director que creció viendo a Spielberg y tiene la fortuna de que lo produzca. La generación de los cineastas de los ’70 en EEUU fue una camada agradecida con el cine (Scorsese, De Palma, Coppola), que elogió a sus maestros como lo hace en esta oportunidad el director. Las referencias/homenajes van al segundo plano de una narración dinámica y apasionada llena de recuerdos. El contexto de fines de los setenta no tiene que ver con un volver a otra época porque todo era mejor antes o un recuerdo inútil de tango, lleno de nostalgia y melancolía psicodramática. Abrams cuenta esta historia como un chico más porque en esa época él también tuvo esa edad. Es su experiencia personal con una cámara en la mano porque quería contar una historia. Es un director que madura junto con el final de la película. Es una contemplación pasional de poder contar una historia de crecimiento, de aventura, de heroísmo, de entusiasmo, de un hogar destruido que se reconstruye. La comedia, la ciencia ficción y lo sentimental tienen su lugar preciso sin desvariar ni espesar. Tal vez, nunca se hicieron tan presentes en pantalla las palabras de otro niño, un poco más caprichoso que Abrams: “La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con que jugaba cuando era niño”.


Valoración: 9.5



Publicado por Adrián Zorgno
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Fuente de Imagen: www.blog.zentraedi.com.ve

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